martes, 1 de abril de 2008

El espejo

clase del 31 de marzo


Para realizar este ejercicio, debimos ubicarnos en parejas y luego fijar un punto en alguna parte del rostro de nuestro compañero. Como sugerencia la profesora señaló que escogiéramos el entrecejo.

El ejercicio consistía en realizar movimientos, en este caso con las manos, los cuales debían ser hechos por ambos compañeros, lo más sincronizados posibles, de tal forma que no se pudiera saber quien lo inició, para que así se pudiera obtener el efecto espejo.

Después de haber realizado esta actividad en forma simultánea todas las parejas, la profesora comenzó a señalar a cada una que fuera presentando su secuencia de cuatro movimientos, mientras los demás observábamos.

Este ejercicio requería de bastante concentración, ya que como nuestra mirada estaba fija en un punto del rostro de nuestro compañero, debíamos estar muy conscientes de lo que sucedía en nuestra panorámica de 180° para poder percibir el movimiento que se estaba realizando con las manos, y poder realizarlo (ambos compañeros) de tal forma que no se supiera quien lo dirigía, sino que se pudiera observar como un efecto de simultaneidad.

1 comentario:

Pau N. dijo...

Fue excelente la forma en que uno se conectaba con la pareja del espejo, daba una sensación hipnótica que seguramente está relacionado con un nivel de concentración más avanzado del que tenemos normalmente.